LOS ALGUACILES:

Desde tío Vitorio hasta Flores pasando por Mauricio y Petra.

En un tiempo en Berrocal había alguacil o pregonero, que el Diccionario Manual de la Lengua Española define” Como la persona que trabaja en el Ayuntamiento de un municipio y lee públicamente y en voz alta una noticia o un hecho para que sea conocido por todos”

El de Berrocal, en la década de los sesenta, le llamábamos tío Vitorio, con el conocí la maquinaria del reloj del ayuntamiento, aún lo recuerdo, tendría 5 años y no volví a subir, era una persona conocida y querida por todo el pueblo, una vez siendo yo muchachillo en el bar de mi padre me dijo en broma que bebiera un poquito de su medio de vino, cuando se dio la vuelta me lo bebí entero, debió de ser mi primera borrachera.

Recorría las calles y se paraba en las esquinas o lugares determinados para “echar el bando”. Llevaba una trompera o cornetín cornicabra, que hacía sonar antes de iniciar el bando o pregón, como reclamo sonoro para la convocatoria de la reunión del personal.

Se informaba a los vecinos de todo lo relativo al Ayuntamiento, y cualquier información de interés público: La llegada de vendedores, alguna compañía de títeres y teatro, que actuaban en la plaza o el salón, la venta de frutas o verduras, o la publicidad de las tiendas del pueblo.

El pregón siempre comenzaba con él “De orden del Señor Alcalde se hace saber “ y a continuación la lectura, que después de muchas paradas el Sr Vitorio, después Mauricio, Petra y Flores, se los sabían de memoria, repetición siempre con la misma entonación, que tenía cierta sonoridad musical.

Salía del Ayuntamiento y el recorrido era desde la plaza hasta la iglesia y de la iglesia , hasta llegar al molino , así iban echando los pregones, que continuaba por la carretera, hasta llegar a las 4 calles donde estaba el cuartel que hace más de 50 años que desapareció.

El recorrido continuaba hasta llegar, al ayuntamiento de nuevo. Aquí contaré otra anécdota de Petra: (echando el bando y de cara a la cueva salieron los del bar a ver de qué iba el bando y ya había terminado, la preguntaron Petra de que va el bando? Y la contestación fue el que quiera enterarse siguiente parada donde el veterinario; a lo que uno de ellos contestó, pero como te vamos a oír si nos das la espalda y no dejas pasar la voz,)...

Después de la curva Don Julio, subían por la trasera Ayuntamiento hasta el llano. Hacían una ronda de circunvalación por el Pueblo, de esta manera no quedaba ninguna calle, en que los vecinos no conocieran el contenido del pregón.

También como funcionarios del Ayuntamiento , formaban parte de la comisión de fiestas, recuerdo, como acompañaba a la gaitilla y el tamboril que tocaba la alborada a primera hora como Mauricio era el disparo de los cohetes en el itinerario de la procesión por la calles del pueblo, actividad que desarrollaban con especial interés, y debía de pensar lo importante que era lo que estaban haciendo, porque todos estábamos pendientes y admirábamos lo bien que lo hacían.de fiestas, recuerdo, como acompañaba a la gaitilla y el tamboril que tocaba la alborada a primera hora

Estos personajes de la vida pública de los pueblos, tenía una reglamentación que data del año 1859, donde se refleja con todo detalle algunas de sus obligaciones y derechos. Destacando y escribo textualmente “permanecer a la puerta del ayuntamiento mientras esté el Alcalde y secretario en ella y a sus órdenes a todas las horas del día, debiéndose hallarse en la antesala de la secretaria durante las horas de oficina”

Los alguaciles debían “informar a las personas de presuntas irregularidades en nombre del Alcalde, Secretario o Juez ” y evitar “acudiendo oportunamente, los desórdenes, riñas y alborotos de todo género sea en las calles y plazas, sea en las tabernas y demás puestos”. Además estaban obligados “a vigilar que todos se comportasen con la moderación propia de un pueblo culto, sin causar con las maneras y voces, molestias o incomodidades a los habitantes”. Algo que Petra llevaba a rajatabla.

En Berrocal, los alguaciles o pregoneros, desaparecieron, estos cuatro fueron los últimos de un oficio, que inexorablemente termino,hoy ya no se recorre el pueblo con la corneta y el pergamino de papel.

Por las calles se recuerda vuestro pregón, los vecinos mirando y escuchando vuestra voz , y aún os vemos cantar por las calles de Berrocal, los bandos que leíais con aquel tono de musica .

Se os notaba en la mirada si era bueno o malo o simplemente información, esto pasaba antes de que desprendierais el anuncio. Pues todo el mundo corría al sonido de la corneta a poder escuchar el notición.