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EL COCHE DE LÍNEA

Desde que en las décadas de los 50 ó 60 se consolidó la línea de autobús que trasladaba a diario a los vecinos de Berrocal y los pueblos del entorno a la capital, con retorno posterior, los residentes de estas localidades se beneficiaron del recorrido. Así, con frío y nieve o con los calores del verano, la gente de Berrocal estaba acostumbrada a coger el coche de línea.


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Hospitales, hacienda, Mercados, compras.... Muchas cosas eran las que se podían hacer en Ávila, por lo cual no faltaban transeúntes a diario para el coche de línea.

En su retorno sobre las 7 de la tarde los niños esperábamos en lo que llamábamos el verde y corríamos tras el bus hasta la plaza, pues en aquellos años cruzaba la plaza y allí era la parada, recuerdo a Maxito que fue el cobrador durante muchos años como nos decía que no subiéramos y nos apartáramos, haciendo con la mano señas de lo que nos llevaríamos.


Intentábamos cogernos de la escalera de atrás y subirnos al guardabarros agarrados como podíamos, era muy despacio cuando subía la cuesta del 28 y los niños corríamos más que el coche de línea, por lo tanto no era de extrañar las broncas del cobrador Maxito.


En la plaza esperaba mucha gente a los viajeros y también a los paquetes que recibían, recuerdo tío Manolo pielero pedir prestado el carretillo a mi padre para transportar la fruta hasta su casa cerca del cementerio donde junto con su mujer Cándida tenían la tienda, siempre recordaré a esta mujer cuando iba a su tienda darte algo, o unas, nueces, castañas o una manzana, pero siempre te daba algo.


También Jacinto Páramo esperaba el correo para repartir las cartas al día siguiente , algunos niños entrábamos a su casa también estanco, por si teníamos carta y si nos correspondía íbamos volando a casa anunciando la buena dicha, recuerdo cruzar el bar a voces tenemos carta tenemos carta.


Maxito subía a la baca por una escalera posterior que tenía el coche línea, subido en la escalerilla, iba cogiendo los bultos y las maletas que desde tierra le pedían, sujetos con cuerdas una vez todas bajadas gritaba , ¡al coche todo el mundo! Que nos vamos pa Guijuelo.


Y a partir de irse el auto para Guijuelo comenzaban los cuchicheos, en bares y entre los vecinos, ha venido la hija de fulanita y trae el novio, dicen que está embarazada , anda que citano todos los días viene a la plaza a esperar a la hija que nunca llega, y el que no viene es fulsnito seguirá en el hospital, mal lo tiene que estar pasando, etc. etc. no faltaban los cuchicheos que podían transformarse en horas.


En Ávila también recuerdo bien donde paraba la línea Guijuelo Piedrahita que era la nuestra la de Berrocal aún no estaba hecha la estación vieja que se hizo en lo que fue el campo de fútbol del Real Ávila y la parada era en el Hotel jardín frente al arco de la Catedral.

Las estaciones de autobuses, las viejas y las nuevas, como dice mi hija Leticia, la cual está muy acostumbrada a ellas comenta...



"las estaciones de autobuses son únicas y la que más me gustan porque son como las arterias llegan a todas partes."

JIH



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© 2020 por Jose María Izquierdo Hernández.

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