EL POTRO DE BERROCAL
- Jose Izquierdo
- 29 oct. 2020
- 2 min de lecture

El parque de los niños!!
Recuerdo nuestro potro con nostalgia y como tío Alejo vecino, le contaba a mi padre que yo estaba subido en lo alto del potro, también Domi otra vecina que siempre estaba atenta a lo que no debíamos hacer y que siempre llegaba a mi casa antes que yo para contar a mi madre el circo que hacíamos en el potro.
Los juegos consistían algo así como la pista de obstáculos, debíamos de completar una serie de tareas lo más pronto posible. Por ejemplo subirse en la cadena donde sujetaban el yugo, luego darnos la vuelta sin tocar el suelo, ponerse de pie en esta cadena, saltar arriba del poste de piedra cruzar al otro poste y recorrer los laterales hasta atrás.
Para hacer que la actividad fuese aún más retadora y entretenida, teníamos un límite de tiempo para completar esta pista de obstáculos,
Lograrlo antes que salieran los vecinos para contarlo a nuestros padres.
PERO PARA QUE ERA EL POTRO?
Para herrar, los animales:
El herrero usaba el martillo, las tenazas, el pujavante y los clavos. Con el pujavante cortaba lo feo de la pezuña, era como una espátula de hierro Después se colocaban los clavos, que se introducían inclinados, de dentro hacia fuera y, como sobresalían del casco o pezuña, se remachaban para que no se desprendiera la herradura.
La forma de las herraduras se adapta a cada animal, siendo una pieza única para los caballos y en dos piezas para las vacas.
Los potros de herrar solían constar de dos hileras paralelas de tres postes cada una, tradicionalmente de granito.
Ambos se encontraban unidos longitudinalmente con varas metálicas o palos de madera en su tercio superior, y con una cadena en el borde de los dos pares delanteros. Entre los postes que enlazan el primer par con el segundo, se situaba el yugo.
El animal era introducido dentro del potro e inmovilizado fijándole la cabeza al yugo, y pasándole una o dos cinchas de cuero por debajo de la panza. Estas, apoyadas en los palos o varas longitudinales, así como en las varas metálicas superiores, se accionaban a modo de una polea para elevar al animal.
La bestia, colocada ya en vuelo, estaba en disposición de ser sometida a la extracción de las herraduras viejas. Era entonces cuando el herrador las quitaba ayudándose de escofinas, martillos y tenazas.
Pero para nosotros siempre fue el parque!!
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