DEL AGUARDIENTE AL SOL Y SOMBRA....
- Jose Izquierdo
- 29 oct. 2020
- 4 min de lecture

Con la máquina de discos.
Todas las mañanas, ellos esperaban la apertura del bar para tomar la copa de aguardiente.
Lo primero que se oía era tocar a coto, para llevar el ganado a la dehesa, por aquellos tiempos el vaquero responsable era Rufino al que todos conocíamos por Financho.
Cuando llegaba la lluvia se hacían enormes charcos en la plaza que era de tierra.Los hombres del pueblo fumaban tabaco cuarterón, también celtas e ideales, el primero era de liar y los otros dos sin boquilla como decíamos antaño, era tabaco sin filtro y la cajetilla tenía 18 cigarrillos no 20 como las de hoy. Después vendrían los Mencei capote, Fetén, 46, Jaén, Águila, sombra, Vencedor, Rex..... Muy pocos eran los del Winston, LM o Bisonte, aún recuerdo bien ir al estanco en busca de todos estos y cual fumaban los clientes.
Cuanto se habría, el bar quedaba repleto de todos los“berrocaparlantes“ que llenaban la plaza. Labradores , pañeros, algún vendedor en busca del pregonero , representantes a visitar los almacenes , los guardias de servicio, los de los pueblos vecinos que tenían encargos o cosian y venían a entregar la mercancía... tantos eran!!
Toda la barra eran copas, copas de aguardiente, que acompañaban varios de ellos con una rosquilla o mantecado, dulce típico del pueblo, caracterizado por ser amasado con manteca de cerdo y consumido en cualquier época del año.
También vino moscatel que algunos mezclaban con aguardiente. "Esto era una manchadita" si el tanto por ciento más elevado era aguardiente... pero si era al contrario el moscatel fuera superior "esto era una manchadona". Total que al 50% una manchada.
Con los más jóvenes llego el Sol y sombra una bebida mezcla de brandy y de anís dulce. Era un combinado que se estaba haciendo muy popular a finales de los 60.
Y en esta década también llegó la máquina tocadiscos. Era un dispositivo parcialmente automatizado que reproducía música. Se componía de un mueble que se operaba introduciendo monedas y que permitía seleccionar discos para posteriormente reproducirlos. Solían ser de un metro y medio de altura, con la parte superior rectangular e iluminación de color en el frente y sus lados verticales, conservando una iluminación decorativa que las caracterizaba.
La selección de los temas se llevaba a cabo a través de una botonera que, mediante una combinación, permitía indicar una canción específica entre una lista de discos.
Teníamos los mejores discos del momento, Elvis, los Beatles, los Bravos, los “ Rollins“ y también los Módulos, Dúo Dinámico, Camilo Sesto etc. Y la suerte de que los pañeros cuando venían de viaje traían algún éxito como regalo.
No se me olvida Chago Pikuka, mi padre siempre decía este Chago no hay otro igual todos los viajes nos trae un disco, y trajo uno allá por los 70 que le decía a mi padre este Camarón será un crack te lo digo yo Mariano, toma un disco suyo, entonces no lo conocía nadie y acertó pues fue de lo mejor.
Camarón de la Isla fue un nombre imprescindible para comprender el cante jondo de la segunda mitad del siglo XX. Se le considera uno de los mejores cantaores de flamenco de todos los tiempos y, en opinión de muchos, como Chago un revolucionario del cante. Su temprana muerte y las muestras de su arte que han quedado grabadas han propiciado la creación de una leyenda alrededor de su persona que se ha extendido por todo el mundo.
Hablando con Linos me dice cual eran sus favoritos y como no sabía consumir sin seleccionar primero su disco, Camilo Sesto, Adamo, UmbertoTozzi, Tequila, Bácara etc.
Me recuerda que Jaime Caselles en el Bar de Mariano siempre ponía las Grecas y José Mari De La Calle dice las canciones que más ponían, las flechas del Amor, América y sobre todo a la orilla de la mar cuando fueron quintos era la más seleccionada.
Los temas en el bar eran de todo, algunos te dejaban sin aliento, en los que tenías que contenerte, porque te dejaban pasmado, y esque vivías intensamente lo que estabas oyendo.
Sus historias estaban llenas de magia y merecía la pena escucharlas, la guerra, las dos guerras, los bandoleros, los maquis, las posadas, la dictadura, los telares, la escuela de Don Ernesto, el cura, el cual salvo a unos cuantos de ser fusilados, La pirenaica.
Lo de la pirenaica daba miedo y a la vez emoción por el recelo que había cuando hablaban en el bar, según quien entrase... A callar que llega la Guardia Civil, era una emisora para que los oyentes se "saltaran la barrera" el régimen de Franco, pudiendo acceder así a la información libre y plural, aunque no siempre fiable por su tendencia a difundir propaganda antifranquista.
Algunos comentaban en que parte del pueblo se escuchaba mejor.
En el bar quedaban los comentarios especiales, verdaderamente extraordinarios, necesarios de escuchar, divulgativos y oportunos la presencia de estos seres era un aprendizaje constante, que poco a poco fui grabando en mi memoria.
Me pregunto cuántas de las personas que lean este artículo no tienen recuerdos de su niñez. Muy pocas; seguro. Y es que necesitamos recordar continuamente. Saber quiénes somos y de dónde venimos. Nos gusta sabernos parte de algo, de una comunidad, de un grupo. Por eso, en nuestra vida cotidiana nos rodeamos de recuerdos del pasado que nos permiten tener consciencia de lo que somos en el presente para dar sentido a nuestro comportamiento y reafirmarnos en nosotros mismos.
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