La pérdida de la virginidad
- Jose Izquierdo
- 28 oct. 2020
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La familia cenaba tranquilamente cuando la hija de 11 años comenta:
- Tengo una mala noticia.... Papa, mamá: ¡¡ Ya no soy virgen!!.
Y empieza a llorar visiblemente alterada, con las manos en la cara y un aire de vergüenza. De pronto se hizo un silencio sepulcral en la mesa. Y empiezan las acusaciones entre ellos. El padre culpa a la madre y a la hermana por no vigilarla. La madre culpa al padre por no haber impuesto respeto en la familia. Y todo se iba acalorado más y más.
Desconsolada y al borde de un colapso, la madre, con los ojos llenos de lágrimas y la voz temblorosa, toma tiernamente de la mano a la hijita y le pregunta en voz baja:
¿Cómo sucedió eso hija mía?
Y entre sollozos la hija responde:
- La maestra me sacó del pesebre!! La Virgen ahora es Vanesa, y yo voy a ser la Vaca!!.
Cuantas veces no escuchamos a nuestros hijos y nos montamos verdaderas películas de lo que hacen.
La vida está para vivirla de manera bonita e intensa junto a ellos, no la malgastes, cortándoles y no dejándoles decir lo que quieren, y mucho menos ponerte a discutir con tu pareja por algo que aún no se terminó de explicar.
Permitir a nuestros hijos hablar de sus gustos, opiniones, amigos, es una gran oportunidad de establecer lazos de respeto, de tolerancia y de amistad entre padres e hijos.
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